Monday, February 26, 2007

Los diarios ante el desafío digital ¿Adiós al papel?

Los diarios ante el desafío digital ¿Adiós al papel?

Mientras algunos imaginan un futuro puramente digital, los nombres principales de la industria periodística apuestan a un escenario complejo que logre sintetizar las riquezas de los distintos formato.

Por Juana Libedinsky (diario La Naciòn)


LONDRES.- La noticia de que en unos cinco años sería imposible comprar The New York Times y sentarse a leerlo con el típico café comprado en el carrito de la calle dio la vuelta al mundo en pocos minutos y reavivó el debate entre agoreros del fin del papel y la llegada triunfal de la pantalla.
Arthur Sulzberger, propietario, presidente y editor del diario internacional más influyente del mundo -la catedral occidental del periodismo impreso- lo deslizó sin demasiado dramatismo al reflexionar sobre el avance de Internet: "El diario en papel podría simplemente no existir más", dijo.
Más allá de que las palabras de Sulzberger no guardaban un anuncio real, la discusión sobre el modo en que el desarrollo de la comunicación on line está afectando al periodismo gráfico está lejos de enfriarse y, así como el director del New York Times pronosticó cinco años, otras voces arriesgan distintas predicciones. Pero lo cierto es que, entre los especialistas consultados por LA NACION, hay coincidencia en que, en una década, la versión en papel de los diarios jugará un rol menos importante en la estructura periodística de la prensa.
"La naturaleza del desafío que entrañan los medios digitales -explica Bruno Patiño, director de Le Monde Interactif y autor del libro Un mundo sin Guttemberg - hoy es un círculo complicado en el cual se conjugan la fuga de publicidad, el costo del papel y, por supuesto, los hábitos de las nuevas generaciones, más cercanas a las pantallas. Esto último no es nuevo, ya se venía diciendo desde los años 50 con la televisión y la radio, pero con la diferencia de que Internet es activamente participativa y esto sí trajo un cambio revolucionario. Además la publicidad gráfica, ante un lectorado que envejece y se reduce en número, inexorablemente cae".
Y, por supuesto, si se va la publicidad, el papel se vuelve más caro, y menos gente puede acceder a comprar el diario. Los números hasta ahora muestran un panorama complejo que a veces refleja una caída inexorable de los diarios impresos (tendencia global en la que la Argentina está incluida) y otras veces, como en el reciente informe de la WAN (Asociación Mundial de Diarios, según sus siglas en inglés) muestran cierto repunte: en el nivel mundial, la difusión creció un 9,95% entre los años 2000 y 2005, pero hay que tener en cuenta que, en ese período, la circulación de los diarios gratuitos se duplicó.
Sólo en el último año el crecimiento de los periódicos fue del 2,36%. En la Argentina, en los últimos diez años -los que coinciden con el surgimiento de Internet-, la tendencia fue decreciente: según datos del IVC, la circulación de Clarín cayó cerca del 30 por ciento de lectores y la de LA NACION, 7 por ciento (claro que, en el caso específico de nuestro país, es difícil distinguir las causas dado el efecto desvastador de la crisis de 2001). "En los EE.UU. los diarios están tratando de ver desesperadamente cómo pueden hacer dinero on line (ahora que han perdido gran parte de sus avisos clasificados que se fueron a sitios web especializados), mientras que sus diarios pierden circulación cada tres meses", le dijo a LA NACION, Todd Gitlin, influyente intelectual norteamericano, profesor de periodismo y sociología de la universidad de Columbia.
Philip Meyer, maestro de periodistas y autor del libro The Vanishing Newspaper: Saving Journalism in the Information Age, insiste en que hay que ser cautelosos: "Las cifras de la WAN muestran que la circulación paga ha caído en todas partes salvo en el mundo en vías de desarrollo, o sea Asia, América del Sur y Africa. Los diarios son los productos resultantes naturales de la industrialización, porque hacen falta los medios masivos para vender la producción masiva. El desarrollo, sin embargo, eventualmente favorecerá a los medios electrónicos por sobre los impresos en todas partes, a no ser que los editores puedan encontrar un nuevo modelo de negocio".
Meyer es de los que creen que los diarios tal como los conocemos hoy tienen los días contados: dice que si tomamos la tendencia actual de caída en lectores de diario, la ponemos en un gráfico y trazamos una línea recta, esta recta tocaría el cero (o sea, ningún lector) para 2043 y un diario deja de imprimirse mucho antes que eso. Complejas transiciones Aun así, lo cierto es que, en el estado de debate actual, nadie imagina cortes abruptos sino complejas transiciones. Pero es evidente que los cambios han sido tremendamente vertiginosos: un escenario que hace menos de diez años era inimaginable hoy es pura actualidad.
Entre los especialistas consultados por LA NACION hay bastante coincidencia en que en la próxima década seguirá existiendo el diario en papel, aunque en una versión de menor circulación, más cara y personalizada, frente a un potentísimo sitio web. Y las empresas editoras de diarios serán aquellas que pasen a ser gestoras de contenidos y creadoras de opinión pública en los formatos más diversos. Pero el camino, al parecer, no será sencillo para la industria periodística. Ya otra de las figuras más poderosas de los medios, el australiano Rupert Murdoch, dueño, entre otros medios, del diario británico The Times, había dicho que más le valía a las organizaciones como la suya transformarse en destinos donde bloggers y podcasters se congregasen en discusiones más abiertas. "Los jóvenes -dijo- no quieren depender de una figura tipo Dios en el Cielo diciéndoles qué es lo importante, y ciertamente no quieren que las noticias sean presentadas como Evangelios."
Si ya no son los tecnófilos de veinte años los que hacen este tipo de comentarios, sino los popes de la industria, multimillonarios de traje corporativo (¡y hasta en casos, septuagenarios como Murdoch!), ¿es acaso que hemos pasado el punto de inflexión? Meyer, que también es profesor de periodismo de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, cree que sí y afirma que es en Europa donde se están desarrollando los experimentos más interesantes y no en EE.UU. donde los editores, dice, son menos aventureros. "Pero para que los periódicos sobrevivan -sostiene- tendrá que existir una toma de riesgos mucho mayor". Un caso exitoso es Le Monde Interactif . "El diario papel Le Monde está en una situación económica frágil, pero mantiene su papel de diario de referencia -explica Patiño-. La versión on line se volvió un sitio web de referencia que, por el contrario, está ganando mucho dinero, tanto como para que, en el presupuesto 2007, alcance para cubrir las pérdidas del diario papel". Patiño, que es profesor de periodismo digital en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, resume la relación entre los diarios y sus ediciones on line como la del crecimiento de un hijo. "La primera fase fue de indiferencia hacia el medio digital. La actitud de los medios impresos era es un bebé, dejemos que crezca y veremos después . Luego fue su niñez, en la cual se lo trataba de hacer crecer a imagen y semejanza del padre, el diario escrito. Ahora los medios digitales están en la adolescencia de su relación con los impresos. Los medios impresos se dan cuenta de que son, y serán cada vez más, muy distintos a ellos, y, además, ya empiezan a ganar independencia económica con la que, eventualmente, podrán sostenerlos".
Para la editora de la versión on line de The Times , Anne Spackman, el objetivo es hacer que el sitio web conjugue rapidez y accesibilidad con calidad. Por eso ponemos chicos muy jóvenes, que crecieron con la cultura visual de la web, para las noticias de último momento con una plataforma ultra rápida. Al mismo tiempo tienen la columna vertebral de nuestros periodistas y columnistas avezados, las estrellas del periodismo impreso, dando el análisis y contenido. Pero todo esto no implica que las versiones del diario en papel vayan a desaparecer. Posiblemente cambie la proporción de lectores de uno y otro formato, y el diario papel se vuelva más especializado, caro y para un mercado más sofisticado y reducido, pero ganancias netas no son lo único que motiva a los empresarios a invertir en ellos", dice.
La imagen que busca es la de un club de fútbol: hay gente que los compra y los gestiona por razones no puramente comerciales, sino que conjugan prestigio e influencia. De hecho, según el Financial Times del viernes último, empresarios exitosos como David Geffen y Jack Welch, con poderosos fondos de inversión detrás, ya han declarado su interés en comprar diarios. "La información se está moviendo hacia dos polos: gratuita, por un lado, y más cara, por el otro", sintetiza Seamus McCauley, analista estratégico de Associated Northcliffe Digital y autor del blog Virtual Economics.
Por un lado están los diarios de distribución gratuita, Internet y algunos tabloides que bajan sus precios a un mínimo casi inexistente para competir en ciertos mercados, y por el otro están los diarios de calidad con un precio inelástico". Entre las opciones gratuitas se deben mencionar también sitios web de información como OhmyNews , pionero, desde Corea del Sur, del periodismo participativo ciudadano, modelo que está siendo reproducido en todas partes del mundo. Su base fundacional reside en que cada ciudadano puede ser un reportero y, en OhmyNews, las notas enviadas por los voluntarios son luego editadas y comprobadas por un staff permanente.
Pero tanto en su versión on line como en el papel, agrega McCauley, el peso de una marca va a seguir siendo fundamental. Las que tradicionalmente han construido una reputación sólida por decir la verdad en el medio papel se van a encontrar cada vez más en la posición afortunada de ser quienes puedan resolver, en cualquier plataforma, un problema nuevo muy angustiante: en quién confiar ante la proliferación de fuentes de información.
Según Meyer, los diarios papel más exitosos serán aquellos que se diferencien con notas de opinión y análisis, y crónicas o puntos de vista personales escritos con investigación y una pluma de calidad, es decir avanzar en una línea más similar a la que actualmente se deja para las ediciones dominicales.
"Es lo que a mí me parece lógico. Sin embargo, va a haber que experimentar mucho para ver que funciona. Los diarios -al menos en mi país- han sido demasiado cuidadosos y temerosos de fallar y eso ha limitado su habilidad de aprender cosas nuevas para incorporar en el diario papel". Pero no es que todo sea más fácil por ser on line, sino que hay ciertos aspectos en los cuales el diario impreso todavía cuenta con ventaja: "A diferencia del lector de papel, que normalmente compra un único periódico, el lector de Internet es infiel por naturaleza", señala Vanessa Jiménez, redactora jefe de ELPAIS.com . "Suele leer más de un medio on line , además de muchos otros sitios. La relación afectiva es por tanto mucho más complicada. La poética que acompaña a la lectura de "tu periódico" en papel, sentarse en un parque, al sol, a leer el periódico, o simplemente llevarlo bajo el brazo en el colectivo queda diluida en Internet." Hay distintas estrategias que se están probando para lograrlo. "Algo en que fue pionero Libertad Digital fue en ofrecer un espacio a los lectores para crear sus propios blogs -cuenta Juan Antonio Chinchetru, columnista de temas de Internet en Libertad Digital -.
Esto les permite expresarse y además les hace sentirse parte de la publicación, puesto que aportan contenidos. Importantes columnistas han dejado formato de artículo para pasar a tener un blog aquí, con lo que sus seguidores (o detractores) pueden participar en un continuo debate. En definitiva, el mejor modo de responder a la especial relación afectiva que los lectores desarrollan con un diario papel es dándoles on line modos de expresarse, que se sientan parte de una comunidad", dice.
¿Y qué no hay que hacer? "Los intentos de frenar la sangría de lectores del diario papel mediante el cierre de contenidos on line (es decir permitir que estos sólo se vean previo pago) ha sido un fracaso. En Internet, el mayor competidor de un periódico en papel no es su propia edición electrónica, es la totalidad de sitios informativos", señala.
Para John Naughton, esto sería un ejemplo de la compleja simbiosis que se da entre un medio escrito y su versión on line que el presenta con un paralelo a lo que ocurre en la naturaleza. "Lo que ha ocurrido es que un nuevo organismo ha arribado al ecosistema mediático y los organismos existentes tienen que acomodarse al recién llegado, y viceversa también. Relaciones complejas, interesantes y esencialmente simbióticas están emergiendo entre medios nuevos como los blogs y el periodismo impreso más tradicional.
Mi conjetura es que será beneficioso para ambos", sostiene. "La cuestión es saber, entonces, si las empresas editoras de diarios sabrán migrar a un nuevo rol social -concluye Txema Alegre, editor de la edición on line de La Vanguardia , de Barcelona-, dejar de ser editores de diarios para ser gestores de contenidos y creadores de opinión pública en los formatos más diversos: papel, digital, móviles, audiovisual, o el que sea. Todos los formatos son compatibles y están en competencia. Así que, en definitiva, si sobrevive el diario papel o no, eso lo dirán los lectores al elegir". La gran transformación Pero, en concreto, ¿en qué se transformará un diario nacional grande en los próximos años? "
Le Monde , por ejemplo, existirá en formato papel impreso, con una circulación más baja para un público elitista, en versiones semipersonalizadas que lo diferenciarán de la producción masiva actual y, por supuesto, con un sistema de distribución distinto de los puntos de venta actuales", responde Patiño. No será exactamente un diario hecho a medida de cada lector pero, como los autos que pueden venir hoy con un tapizado en particular o ruedas distintas, será algo más diseñado para quien lo use individualmente.
Por otra parte estará el sitio web, mucho más potente que el diario. Si hoy el sitio web ya tiene cuatro veces más lectores que el papel, tendrá por lo menos diez veces más y tendrá todo tipo de videos y conexiones interactivas de alta sofisticación. Todo esto le dará una gran capacidad de ganar mucho dinero con publicidad.
"En cuanto a los periodistas -reflexiona Patiño--, hay muy pocos que pueden ser tan buenos en papel como en formato digital. Los que lo logren, sin duda serán la aristocracia de la profesión. Sin embargo, no habrá ya en los próximos cinco años distinciones de jerarquías entre los que trabajan en un medio u otro, porque el modelo de organización será radicalmente distinto. Los productores de historias, los editores y los gestores se relacionarán entre sí con una enorme complejidad pero partiendo de la base de que son dos medios que se nutren". Finalmente, se habrá llegado a la relación entre adultos.

Cifras y tendencias

En todo el mundo se imprimen 8391 diarios, con una tirada global de algo más de mil millones de copias, o una cada seis habitantes del planeta, aunque la distribución real es muy despareja. En América latina circulan 1309 diarios, 1630 en América del Norte, 2115 en Europa, 224 en Africa, 140 en Medio Oriente, 2870 en Asia y 103 en el Pacífico Sur.
En los países más desarrollados, la circulación de diarios cayó en conjunto un 8 por ciento en la última década, mientras que en América latina y otros mercados en desarrollo y de expansión demográfica la tendencia ha sido en muchos casos la inversa. En términos globales, de hecho, la circulación de diarios pagos y gratuitos ha crecido en los últimos cinco años un 14 por ciento. Según la WAN, la Asociación Mundial de Diarios, este repunte fue del 9,95 por ciento entre 2000 y 2005.
Entre los principales diarios de Estados Unidos, la pérdida de lectores entre 2004 y 2005 repercutió de manera evidente en la evolución de las acciones de cada empresa. Las acciones de The New York Times , por ejemplo, retrocedieron un 3,5 por ciento, las del grupo Tribune perdieron un 3 por ciento y las del Washington Post , un 2,2 por ciento.
Una de las estrategias para atraer a nuevos lectores ha sido el lanzamiento de los diarios gratuitos, un fenómeno que se ha dado en buena parte del planeta. En febrero de 1995 apareció Metro , de distribución en el subte de Estocolmo. Doce años después, suman ahora 169 los diarios gratuitos, con una tirada de 30 millones de copias en 40 países.
Una de las principales causas que se citan para explicar el retroceso de los diarios en los países más desarrollados es la migración de lectores jóvenes hacia los sitios informativos on line. Una investigación de The Economist indicó que los británicos de entre 15 y 24 años pasan un 30% menos de tiempo leyendo diarios a partir del momento en que comienzan a utilizar Internet.
Pese al atractivo de la inmediatez que plantean los diarios digitales, sin embargo, son muy pocos los casos de periódicos que han abandonado el papel para concentrarse exclusivamente en su edición on line. En este sentido, los diarios impresos han demostrado en términos generales una buena capacidad de adaptación a las exigencias de los lectores y una atractiva complementación con su propia versión digital.
* * * Los Angeles Times Una metamorfosis necesaria frente a un mercado cambiante El mayor diario de la costa Oeste de Estados Unidos redujo de manera drástica la distribución de su versión en papel y está dirigiendo la mayor parte de sus recursos e inversiones a desarrollar su sitio on line, en parte debido al fuerte crecimiento de la comunidad latina en su zona de influencia, lo que obliga al diario a ajustarse a la nueva realidad demográfica. Post-och Inrikes Tidningar
El soporte digital logró salvar al diario más viejo del mundo Se trata del diario más antiguo del mundo aún en circulación, según la Asociación Mundial de Periódicos. Pero el Post-och Inrikes Tidningar, que se imprime desde 1645 por orden de la reina Cristina de Suecia, desde el 1° de enero de este año sólo existe en versión digital. Se ocupa de publicar los anuncios oficiales de bancarrotas y embargos.
The Wall Street Journal El diario de la comunidad financiera se adapta a sus lectores Para el diario de la comunidad financiera norteamericana la transición del periódico del papel a la pantalla parece natural, ya sea por el particular lenguaje que se utiliza en el sector bursátil o por su también particular perfil de lector: operadores de bolsa, managers y banqueros que pasan toda la jornada laboral delante de sus computadoras.

Thursday, February 22, 2007

EL MEJOR OFICIO DEL MUNDO

EL MEJOR OFICIO DEL MUNDO


Palabras pronunciadas por el periodista y escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura y presidente de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, ante la 52a. asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en Los Angeles, U.S.A., octubre 7 de 1996.





A una universidad colombiana se le preguntó cuáles son las pruebas de aptitud y vocación que se hacen a quienes desean estudiar periodismo y la respuesta fue terminante: “Los periodistas no son artistas”. Estas reflexiones, por el contrario, se fundan precisamente en la certidumbre de que el periodismo escrito es un género literario.

Hace unos cincuenta años no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de participación que mantenía la moral en su puesto. Pues los periodistas andábamos siempre juntos, hacíamos vida común, y éramos tan fanáticos del oficio que no hablábamos de nada distinto que del oficio mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vida privada. No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de los mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran.

El periódico cabía entonces en tres grandes secciones: noticias, crónicas y reportajes, y notas editoriales. La sección más delicada y de gran prestigio era la editorial. El cargo más desvalido era el de reportero, que tenía al mismo tiempo la connotación de aprendiz y cargaladrillos. El tiempo y el mismo oficio han demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en sentido contrario. Doy fe: a los diecinueve años - siendo el peor estudiante de derecho - empecé mi carrera como redactor de notas editoriales y fui subiendo poco a poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones, hasta el máximo nivel de reportero raso.

La misma práctica del oficio imponía la necesidad de formarse una base cultural, y el mismo ambiente de trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adicción laboral. Los autodidactas suelen ser ávidos y rápidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo - como nosotros mismos lo llamábamos. Alberto Lleras Camargo, que fue periodista siempre y dos veces presidente de Colombia, no era ni siquiera bachiller.

La creación posterior de las escuelas de periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el oficio carecía de respaldo académico. Ahora ya no son sólo para la prensa escrita sino para todos los medios inventados y por inventar.

Pero en su expansión se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orígenes en el siglo XV, y ahora no se llama periodismo sino Ciencias de la Comunicación o Comunicación Social. El resultado, en general, no es alentador. Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afán de protagonismo sobre la vocación y las aptitudes congénitas. Y en especial sobre las dos condiciones más importantes: la creatividad y la práctica.

La mayoría de los graduados llegan con deficiencias flagrantes, tienen graves problemas de gramática y ortografía, y dificultades para una comprensión reflexiva de textos. Algunos se precian de que pueden leer al revés un documento secreto sobre el escritorio de un ministro, de grabar diálogos casuales sin prevenir al interlocutor, o de usar como noticia una conversación convenida de antemano como confidencial. Lo más grave es que estos atentados éticos obedecen a una noción intrépida del oficio, asumida a conciencia y fundada con orgullo en la sacralización de la primicia a cualquier precio y por encima de todo. No los conmueve el fundamento de que la mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor. Algunos, conscientes de sus deficiencias, se sienten defraudados por la escuela y no les tiembla la voz para culpar a sus maestros de no haberles inculcado las virtudes que ahora les reclaman, y en especial la curiosidad por la vida.

Es cierto que estas críticas valen para la educación general, pervertida por la masificación de escuelas que siguen la línea viciada de lo informativo en vez de lo formativo. Pero en el caso específico del periodismo parece ser, además, que el oficio no logró evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los periodistas se extraviaron en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Es decir, las empresas se han empeñado a fondo en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después la formación de su infantería y los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu profesional en el pasado. Las salas de redacción son laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores. La deshumanización es galopante.

No es fácil entender que el esplendor tecnológico y el vértigo de las comunicaciones, que tanto deseábamos en nuestros tiempos, hayan servido para anticipar y agravar la agonía cotidiana de la hora del cierre. Los principiantes se quejan de que los editores les conceden tres horas para una tarea que en el momento de la verdad es imposible en menos de seis, que les ordenan material para dos columnas y a la hora de la verdad sólo les asignan media, y en el pánico del cierre nadie tiene tiempo ni humor para explicarles por qué, y menos para darles una palabra de consuelo. “Ni siquiera nos regañan”, dice un reportero novato ansioso de comunicación directa con sus jefes. Nada: el editor que antes era un papá sabio y compasivo, apenas si tiene fuerzas y tiempo para sobrevivir él mismo a las galeras de la tecnología.

Creo que es la prisa y la restricción del espacio lo que ha minimizado el reportaje, que siempre tuvimos como el género estrella, pero que es también el que requiere más tiempo, más investigación, más reflexión, y un dominio certero del arte de escribir. Es en realidad la reconstitución minuciosa y verídica del hecho. Es decir: la noticia completa, tal como sucedió en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera estado en el lugar de los hechos.

Antes que se inventaran el teletipo y el télex, un operador de radio con vocación de mártir capturaba al vuelo las noticias del mundo entre silbidos siderales, y un redactor erudito las elaboraba completas con pormenores y antecedentes, como se reconstruye el esqueleto entero de un dinosaurio a partir de una vértebra. Sólo la interpretación estaba vedada, porque era un dominio sagrado del director, cuyos editoriales se presumían escritos por él, aunque no lo fueran, y casi siempre con caligrafías célebres por lo enmarañadas. Directores históricos tenían linotipistas personales para descifrarlas.

Un avance importante en este medio siglo es que ahora se comenta y se opina en la noticia y en el reportaje, y se enriquece el editorial con datos informativos. Sin embargo, los resultados no parecen ser los mejores, pues nunca como ahora ha sido tan peligroso este oficio. El empleo desaforado de comillas en declaraciones falsas o ciertas permite equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones malignas y tergiversaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero crédito, de personas generalmente bien informadas o de altos funcionarios que pidieron no revelar su nombre, o de observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes. Pero el culpable se atrinchera en su derecho de no revelar la fuente, sin preguntarse si él mismo no es un instrumento fácil de esa fuente que le transmitió la información como quiso y arreglada como más le convino. Yo creo que sí: el mal periodista piensa que su fuente es su vida misma - sobre todo si es oficial- y por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligrosa relación de complicidad, que lo lleva inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente.

Aun a riesgo de ser demasiado anecdótico, creo que hay otro gran culpable en este drama: la grabadora. Antes de que ésta se inventara, el oficio se hacía bien con tres recursos de trabajo que en realidad eran uno sólo: la libreta de notas, una ética a toda prueba, y un par de oídos que los reporteros usábamos todavía para oír lo que nos decían. El manejo profesional y ético de la grabadora está por inventar. Alguien tendría que enseñarles a los colegas jóvenes que la casete no es un sustituto de la memoria, sino una evolución de la humilde libreta de apuntes que tan buenos servicios prestó en los orígenes del oficio. La grabadora oye pero no escucha, repite - como un loro digital - pero no piensa, es fiel pero no tiene corazón, y a fin de cuentas su versión literal no será tan confiable como la de quien pone atención a las palabras vivas del interlocutor, las valora con su inteligencia y las califica con su moral. Para la radio tiene la enorme ventaja de la literalidad y la inmediatez, pero muchos entrevistadores no escuchan las respuestas por pensar en la pregunta siguiente.

La grabadora es la culpable de la magnificación viciosa de la entrevista. La radio y la televisión, por su naturaleza misma, la convirtieron en el género supremo, pero también la prensa escrita parece compartir la idea equivocada de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista que vio como la del entrevistado que declaró. Para muchos redactores de periódicos la transcripción es la prueba de fuego: confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren por el infarto de la sintaxis. Tal vez la solución sea que se vuelva a la pobre libretita de notas para que el periodista vaya editando con su inteligencia a medida que escucha, y le deje a la grabadora su verdadera categoría de testigo invaluable. De todos modos, es un consuelo suponer que muchas de las transgresiones éticas, y otras tantas que envilecen y avergüenzan al periodismo de hoy, no son siempre por inmoralidad, sino también por falta de dominio profesional.

Tal vez el infortunio de las facultades de Comunicación Social es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus programas humanísticos, aunque menos ambiciosos y perentorios, para contribuir a la base cultural que los alumnos no llevan del bachillerato. Pero toda la formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón.

El objetivo final debería ser el retorno al sistema primario de enseñanza mediante talleres prácticos en pequeños grupos, con un aprovechamiento crítico de las experiencias históricas, y en su marco original de servicio público. Es decir: rescatar para el aprendizaje el espíritu de la tertulia de las cinco de la tarde.


Un grupo de periodistas independientes estamos tratando de hacerlo para toda la América Latina desde Cartagena de Indias, con un sistema de talleres experimentales e itinerantes que lleva el nombre nada modesto de Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Es una experiencia piloto con periodistas nuevos para trabajar sobre una especialidad específica - reportaje, edición, entrevistas de radio y televisión, y tantas otras - bajo la dirección de un veterano del oficio.

En respuesta a una convocatoria pública de la Fundación, los candidatos son propuestos por el medio en que trabajan, el cual corre con los gastos del viaje, la estancia y la matrícula. Deben ser menores de treinta años, tener una experiencia mínima de tres, y acreditar su aptitud y el grado de dominio de su especialidad con muestras de las que ellos mismos consideren sus mejores y sus peores obras.

La duración de cada taller depende de la disponibilidad del maestro invitado - que escasas veces puede ser de más de una semana -, y éste no pretende ilustrar a sus talleristas con dogmas teóricos y prejuicios académicos, sino foguearlos en mesa redonda con ejercicios prácticos, para tratar de transmitirles sus experiencias en la carpintería del oficio. Pues el propósito no es enseñar a ser periodistas, sino mejorar con la práctica a los que ya lo son. No se hacen exámenes ni evaluaciones finales, ni se expiden diplomas ni certificados de ninguna clase: la vida se encargará de decidir quién sirve y quién no sirve.

Trescientos veinte periodistas jóvenes de once países han participado en veintisiete talleres en sólo año y medio de vida de la Fundación, conducidos por veteranos de diez nacionalidades. Los inauguró Alma Guillermoprieto con dos talleres de crónica y reportaje. Terry Anderson dirigió otro sobre información en situaciones de peligro, con la colaboración de un general de las Fuerzas Armadas que señalo muy bien los límites entre el heroísmo y el suicidio. Tomas Eloy Martínez, nuestro cómplice más fiel y encarnizado, hizo un taller de edición y más tarde otro de periodismo en tiempos de crisis. Phil Bennet hizo el suyo sobre las tendencias de la prensa en los Estados Unidos y Stephen Ferry lo hizo sobre fotografía. El magnifico Horacio Bervitsky y el acucioso Tim Golden exploraron distintas áreas del periodismo investigativo, y el español Miguel Angel Bastenier dirigió un seminario de periodismo internacional y fascinó a sus talleristas con un análisis crítico y brillante de la prensa europea.

Uno de gerentes frente a redactores tuvo resultados muy positivos, y soñamos con convocar el año entrante un intercambio masivo de experiencias en ediciones dominicales entre editores de medio mundo. Yo mismo he incurrido varias veces en la tentación de convencer a los talleristas de que un reportaje magistral puede ennoblecer a la prensa con los gérmenes diáfanos de la poesía.

Los beneficios cosechados hasta ahora no son fáciles de evaluar desde un punto de vista pedagógico, pero consideramos como síntomas alentadores el entusiasmo creciente de los talleristas, que son ya un fermento multiplicador del inconformismo y la subversión creativa dentro de sus medios, compartido en muchos casos por sus directivas. El solo hecho de lograr que veinte periodistas de distintos países se reúnan a conversar cinco días sobre el oficio ya es un logro para ellos y para el periodismo. Pues al fin y al cabo no estamos proponiendo un nuevo modo de enseñarlo, sino tratando de inventar otra vez el viejo modo de aprenderlo.

Los medios harían bien en apoyar esta operación de rescate. Ya sea en sus salas de redacción, o con escenarios construidos a propósito, como los simuladores aéreos que reproducen todos los incidentes del vuelo para que los estudiantes aprendan a sortear los desastres antes de que se los encuentren de verdad atravesados en la vida. Pues el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente.

Monday, December 18, 2006

MENTIRAS DEL PERIODISMO

En la adolescencia, preocupado por ser el único muchacho de mi barrio que no tenía novia, me inventé una: a nombre de ella escribía apasionadas cartas de amor -- con la mano izquierda, para cambiar la letra -- y me las enviaba a mí mismo, procurando siempre que quedaran por ahí mal puestas, como por descuido, para que los mayores las leyeran y se encargaran de regar su contenido a lo largo y ancho de Arenal, el sitio donde vivíamos.
En aquellos años andaba tan ensimismado, tan elevado, que no me daba cuenta de que mi familia ya me había descubierto. Un día mi abuelo, el viejo Alberto Ramos, me bajó de la nube con una sola de sus frases lapidarias: “este muchacho tan embustero”, le comentó a uno de sus compadres, “como que va a ser periodista”. Mi abuelo, un hombre de monte adentro que escasamente leía y escribía su nombre, no tenía por qué saber que la ficción es una herramienta de la literatura y no del periodismo. De modo que no pretendía hacerse el chistoso, sino ayudarme a ver qué era lo que más me convenía para, según sus palabras, asegurar el futuro. Un par de años atrás, un reportero había llegado a Arenal para cubrir una inundación, y en su relato no dijo cuántas víctimas dejó el desastre ni cómo se llamaba el río que se desbordó, pero en cambio habló con lujo de detalles de una familia de damnificados que había improvisado su vivienda en la copa de un árbol. Una familia que, por supuesto, no existía. La conclusión de mi abuelo era lógica: si el asunto consistía en mentir, yo le sacaba una cabeza de ventaja a aquel reportero y, por tanto, podía ser mejor periodista que él.
Con el tiempo he comprendido que mis mentiras de la infancia y de la adolescencia se debían en gran parte al deseo de contar hechos que llamaran la atención de la gente. Menos mal que, por lo menos como periodista, entendí a tiempo que la realidad también podía dotarme de ese tipo de historias. He dicho que el reto del buen cronista no es embellecer o afear la realidad con datos falsos, sino descubrir lo sorprendente que tiene por dentro. Y ser capaz de crear buenos relatos con base en esa realidad, así parezca chata algunas veces. Siempre ha habido gente que se aparta de este principio elemental, en especial antes, cuando muchos reporteros inventaban personajes, situaciones y hasta noticias, con la garantía de impunidad que les proporcionaba la deficiente comunicación de nuestra aldea global. El lema en aquellos años parecía ser el siguiente: “No dejes que la realidad te arruine una buena historia”.
Algunos suponían, como mi abuelo, que las adulteraciones eran lo de menos, siempre y cuando estuvieran revueltas con algunos elementos ciertos. Inclusive se pensaba –- ironías de la vida -- que la mentira podía ser una herramienta útil de la verdad. Se consideraba que inventarse a un pobre no era mentira, ya que los pobres existían. O que crear en el reportaje a un alemán que se afeitaba con jugo de duraznos no era ningún pecado, pues al fin de cuentas el personaje hacía más creíble el drama que vivía Caracas debido a la sequía.
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¿Por qué mienten algunos periodistas? ¿Por qué la realidad les parece plana y quieren corregirla? ¿Por ocultar una verdad que le hace daño a sus intereses y a los de sus patronos? ¿Por negligencia? ¿Por física torpeza? ¿Por una mezcla de todas estas causas? Algunos piensan, como el bromista de Mark Twain, que la verdad es tan valiosa que hay que ahorrársela. No se necesita ser experto para darse cuenta de que muchos ejercen la profesión en espacios en los que hay más espejos que ventanas y, por tanto, gastan más tiempo contemplándose a sí mismos que viendo a los demás. No escuchar al otro es siempre una forma efectiva de cerrarle la puerta a la verdad. Aquí caben, por ejemplo, esos periodistas que, según Bill Kovach, seleccionan a sus fuentes con el único fin de que expresen lo que en realidad no es más que su propio punto de vista, y a continuación utilizan una voz neutral para darle visos de objetividad. Esta – añade el autor– es una forma del engaño. Pero hay otras, menos sutiles. Hace pocos años nos conmovimos en Colombia con la noticia de una familia bogotana tan pobre que comía sancocho de periódicos viejos. El hecho resultó falso, pese a que lo vimos una y otra vez por televisión. ¿No se suponía que la falta de comunicación era lo que creaba el clima apropiado de impunidad que les permitía a nuestros antecesores falsear la realidad? Pese a que la cámara nos volvió testigos de esta historia, pese a que oímos el testimonio de la señora y vimos la olla con la sopa triste, caímos en la trampa. ¿Por qué añadirle a nuestra pobreza, que ya de por sí es un drama tremendo, tamaña mentira tan burda?
El periodista polaco Ryszard Kapuscinski, en el libro “Los cinco sentidos del periodista”, plantea una hipótesis que podría servirnos como respuesta: tras el ingreso del gran capital a los medios masivos, la verdad se convirtió en un valor subordinado a lo interesante o lo que se puede vender. “Hoy”, advierte Kapuscinski, “el soldado de nuestro oficio no investiga en busca de la verdad sino con el fin de hallar acontecimientos sensacionales que puedan aparecer entre los títulos principales de su medio”.
En estos tiempos existe la tendencia a convertir la realidad, incluso la más funesta, en entretenimiento. De hecho, el periodista Yamid Amat interrumpió hace unos años la programación de su canal, para anunciarle al público que tenía lo que él llamó “unas imágenes espectaculares” del terremoto del Eje Cafetero, el mismo que causó cerca de mil muertes y dejó unos 200 mil damnificados. Así que no le falta razón a quien advirtió que si Jesucristo resucitara hoy no sería noticia sino tema para un reality.
Este empeño de convertirlo todo en farándula no sólo es de mal gusto, sino que constituye una forma de la mentira: crea la sensación de que el contrapeso de la muerte no es la vida sino el circo, revuelve –sin ningún contexto– la lentejuela con el desastre, convence al incauto de que quien grita tiene carácter y quien protagoniza escándalos fáciles es un irreverente. Eso de poner frente a nuestros ojos un carrusel de masacres, de mezclar la histeria de la muerte con la histeria de los goles, y después mostrarnos un desfile de mujeres semidesnudas, como si creyeran que así nos garantizan un final feliz, me parece una manera bastante perversa de ejercer el periodismo. Le escamotea a la gente el verdadero sentido de la realidad y, si me lo permiten, de la verdad. Recuerdo ahora, por ejemplo, el caso de un periodista de Caracol Televisión que andaba de un lado al otro con sus cámaras, y al parecer nadie le dijo cuáles eran los límites entre su propia vida y el resto del país. Aquello era un insufrible streap tease diario: el tipo nos contaba cómo durmió, si le dolía el cuello o la pantorrilla, si soñó con manzanas o con uvas, y no nos conducía hacia la realidad sino que nos impedía llegar a ella, porque se atravesaba como estorbo en todas las situaciones que debía mostrar: cantaba a dúo con los músicos populares a los cuales entrevistaba, o metía una cuchara, de manera grotesca, en el guiso que preparaba una cocinera de La Guajira, y lo probaba ante las cámaras. Su inclusión en el relato no tenía intenciones narrativas serias, sino que era un alarde farandulero que nos privaba de conocer lo que ocurría más allá de sus narices. Esa es una mentira muy generalizada en estos tiempos.
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Otra mentira consiste en creer que el buen periodismo es sólo aquel que descubre ollas podridas. En sociedades con una justicia tan precaria los medios tienen la tentación de erigirse en jueces. Ciertamente, la labor de fiscalización de los funcionarios públicos es un deber importante. Lo malo es reducir el periodismo a eso, olvidando que hay historias relacionadas con la cultura popular: juglares, bogas, fiestas, tradiciones. ¿Y dónde dejamos la vida de la gente común y corriente? Deberíamos dejar la obsesión por lo interesante y empezar a pensar en lo necesario. El buen periodismo debe ser también una posibilidad de construir memoria. Creo que un cronista debe asumir el compromiso de narrar de la mejor manera posible su entorno y su época. Su agenda debe ir más allá de las noticias de la gran prensa: hay que buscar la vida que no nos quieren contar los medios, la de la gente excluida por no tener poder o por no ser víctima de las tragedias.
Durante una entrevista que le hice, Javier Darío Restrepo planteó varios cuestionamientos al periodismo que se está haciendo hoy en Colombia y otros países de América Latina. Uno de ellos es que se trata de un periodismo estancado en el presente. No indaga en el pasado para buscar el contexto de los hechos, ni se pregunta lo que podría suceder en el futuro. Pareciera existir, decía Restrepo, un desprecio por todo lo que está más allá de la inmediatez. Recuerdo que cuando llegamos a este punto él citó a John Tebbel, uno de sus autores preferidos: “Noticia no es lo que ya pasó sino lo que pasará”.
Pocos días antes de nuestro encuentro, Javier Darío había visto en un noticiero de televisión la información sobre un nuevo desastre provocado por los arroyos de Barranquilla, y mientras transmitían la noticia, tuvo la sensación de que estaba recibiendo la misma historia del año pasado, la misma del año antepasado, la misma de hace treinta años. Aquella era, en realidad, una crónica ambulante trasteada de un año al otro con absoluta desfachatez, en la que apenas cambiaban los nombres de las víctimas. Aparte de las lamentaciones de siempre, grabadas en primer plano para que resultaran más aparatosas, no había una sola voz que dijera lo que debería hacerse para que los arroyos no sigan matando a la gente. ¿A quiénes les corresponde impedir estas calamidades? ¿Por qué no han cumplido con sus responsabilidades? ¿Cuándo las van a cumplir?
En esa charla Javier Darío insistió en que tenemos un sentido de la realidad muy limitado. Nos preguntamos, como Shakira, dónde están los ladrones, pero jamás averiguamos hacia dónde iremos si seguimos en manos de los ladrones que estamos mostrando. Por eso él proponía darles más espacio a los buenos periodistas narrativos, aquellos que saben reflejar lo esencial a través de las atmósferas. Quiero terminar mi intervención con una de las frases más interesantes que le escuché a Restrepo aquella tarde: “Ninguna verdad será completa mientras no esté bien contada. Ya nos han dicho un millón de veces lo que está pasando. Ahora el reto es empezar a descubrir lo posible”. Muchas gracias.


· Cronista colombiano. Ha escrito para las revistas de periodismo narrativo de América Latina, tales como SoHo, El Malpensante y Etiqueta Negra. salcedoramos@gmail.com


Tomado de la newsletter Bolpress, de Bolivia. (http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2006121405&PHPSESSID=92c466f868fb2c78ee81e9ed9786b52b)

Friday, July 28, 2006

Manejo de fuentes en el periodismo

Manejo de fuentes en el periodismo
(O fuentes que manejan al periodismo)


Para el periodismo mundial y argentino, los últimos años han dejado imborrables hitos sobre la traición al valor fundamental de los medios: la credibilidad.
Casos de afamados periodistas que inventaban fuentes o, igualmente grave, falseaban datos e información, han obligado a los medios a rever sus modelos de control interno.
Así lo diagnostica el periodista Dany Schechter, en su libro Las noticias en tiempos de guerra. Medios de comunicación: información o propaganda..
Uno de los temas importantes al que ha tenido que enfrentarse el mundo de la prensa en los últimos años es el de las fuentes. Los recortes en las salas de redacción, la velocidad del ciclo de las noticias y la reducción de la cobertura informativa de las noticias internacionales dificultan la capacidad de los periodistas de tener el tiempo, los recursos, la posibilidad y las listas de fuentes necesarias para recoger las noticias con cuidado.
Hubo y hay muchos casos que han marcado esta etapa.
Pero el del fabulador Jason Blair tal vez sea paradigmático: sus reportajes eran fraudulentos y ello obligó a pedir disculpas en público a su diario; justamente The New York Times, que había hecho un culto de su integridad editorial.
El presidente de la Comisión de Desarrollo de Iniciativas de la Asociación de Editores de Periódicos de los Estados Unidos (ASNE), Frank Denton, en un artículo publicado por la revista American Editor, afirmó:
Es muy fácil para los de afuera pontificar, condenar y hasta despedazar a The New York Times, pero si pensamos en nosotros mismos y en los hábitos imperantes en las salas de redacción que frecuentamos, nos veremos forzados a reconocer que por todos lados se advierten tendencias que, de acentuarse, podrían terminar constituyendo hechos asimismo perniciosos,
Una de las cuestiones centrales de estos hechos perniciosos que cita Denton se basa en el inadecuado manejo de las fuentes, con las que el periodista suele entablar relaciones promiscuas, en las que no se guarda la distancia necesaria que posibilite independencia de criterios.
No hay ingenuidad en esta relación: la fuente siempre intentará manejar al periodista a partir de sus puntos de vista y el periodista creerá que el acceso a la información que requiere es más sencillo, no importa si en el medio se va la mitad de la verdad.
Cualquier manual de estilo periodístico que se revise aportará una serie de pautas elementales sobre el vínculo entre el comunicador y una fuente.
Pero el asunto es, por encima de todo, de base ética:
El punto central para el periodismo está en determinar:
· El grado de utilidad de los datos que obtiene de las fuentes.
· Cuánto éstas ocultan y cuánto tergiversan.
· Cuán validadas están para ofrecer información.
· Y el impacto social de las noticias que se vuelquen en la cobertura.
El problema del tratamiento las fuentes quedó de manifiesto de forma patética a partir de los atentados del 11 de marzo de 2004, cuando un grupo terrorista voló trenes en la estación madrileña de Atocha.
Entonces, el prestigioso diario El País tituló su edición extraordinaria “Matanza de ETA en Madrid”.
No era que los editores del periódico tuviesen pruebas independientes sobre la autoría del ataque de parte de la banda armada separatista.
No. Lo que sucedió es que fueron influidos por el entonces jefe del Gobierno, José María Aznar.
Minutos antes del cierre, un alto funcionario llamó a la redacción y atribuyó el atentado a ETA.
Más tarde, el propio Aznar se comunicó con directivos del diario para ratificar la información.
El título original “Matanza terrorista en Madrid” mutó por “Matanza de ETA en Madrid”.
El compromiso de transparencia hubiera exigido atribuir esa información al Gobierno en lugar de asumirla con un enorme titular a toda plana, se lamenta hoy el director Jesús Ceberio. Ese grave error –reconoce– no es enteramente atribuible a la fuente, sino a la falta de aplicación de una mínima cautela profesional. No hay fuente, por privilegiada que sea, que no exija contrastes adicionales.
Lo que vino a partir de ese momento es historia conocida: apenas tres días después, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero y con el voto de millones de españoles, desalojaba del gobierno al Partido Popular de Aznar.
Y esto no sólo sesgó la información.
También torció los análisis políticos
Hasta que la realidad desnudó la verdad.
Pero aquí hubo un hecho potente, poderoso, que ayudó a develar lo que el poder quería ocultar.
¿Cuántas informaciones cotidianas, de menor impacto, están teñidas por las intencionalidades del poder?
¿Cuántas informaciones cotidianas están tergiversadas por los mismos periodistas que se dejan seducir por las fuentes y no las contrastan?
Es una mezcla de intereses y necesidades mutuas que tienen una sola víctima: el ciudadano.
Cuando hablamos de poder, hablamos de política.
El político requiere del periodista para ser visible y éste del primero para nutrirse de información.
Las relaciones entre ambos a menudo son imprevisibles y no hay lealtades permanentes.
La tendencia a influirse recíprocamente hace que se elijan unos a otros.
Dio lugar a una polémica pública una invitación del gobernador de la Provincia direccionada a determinados periodistas para anunciar que el Banco de la Provincia de Córdoba no iba a ser privatizado.
No hace falta que exponga la trascendencia de esa noticia para la comunidad.
Tal vez quien mejor haya definido el papel del periodismo en el terreno de la política sea Horacio Verbitsky, citado por el profesor Alfredo Torre, de la Universidad de la Plata.
Dice Verbitsky:

"Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda.
“Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar.
“Tiene fuentes, pero no amigos.
“Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible.
“Criticar todo y a todos.
“Echar sal en la herida y guijarros en el zapato.
“Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa, de la neutralidad los suizos, del justo medio los filósofos y de la justicia los jueces.
“Y si no se encargan, ¿qué culpa tiene el periodismo?"

En términos de “deber ser” resulta maravilloso.
Pero en el plano de lo que es el periodismo hoy, aparece distante de la realidad.
Si volvemos sobre el ejemplo de los Estados Unidos, podremos advertir cuán ilusorio es.
Destacados periodistas y grandes medios que apoyan al presidente Bush en la guerra en Irak sólo por intereses internos, como las relaciones con el complejo militar-industrial.
Si hasta se llegó a hablar de que el Gobierno Bush estaba dispuesto a “comprar” periodistas para que apuntalar una mejor campaña de comunicación para convencer a un público crecientemente escéptico de que la guerra era lo mejor que su país podía hacer.
No tengo visa para seguir en Estados Unidos, así que regreso a la Argentina.
¿No hay acaso una nueva corriente de periodistas que enarbolan las banderas del Gobierno de Néstor Kirchner bajo la forma de periodismo independiente?
Nadie habrá de sorprenderse: los hubo durante el menemismo y, antes aún, durante el alfonsinismo.
Permítanme leerles una información que salió en Ámbito Financiero, un diario que, por cierto, no es de mi agrado, pero que en este caso me parece que refleja la situación con claridad:
El responsable del área periodística del canal de TV América, Román Lejtman, solicitó expresamente al periodista Marcelo Longabaradi, co-conductor del ciclo Fuego Cruzado, que pidiera disculpas a un senador con el que había tenido una discusión durante una entrevista.
Longobardi no solamente se negó, sino que amenazó con retirar su ciclo del aire.
A raíz de distintas denuncias sobre llamados de funcionarios a los periodistas, para reclamar por sus opiniones críticas, algunos analistas creen que las presiones del gobierno convierten a los ciclos periodísticos de opinión política en territorio de negociación.
Ante el reciente cierre de dos señales de TV cable, Plus Satelital y P+E, el matutino se preguntó, si otro periodista se quedará sin aire.

Ahora me instalo en Córdoba.
Quiero narrarles una anécdota que apenas tiene una semana:
Dos calificadísimos funcionarios esperan al Presidente de la Nación en el aeropuerto.
No había periodistas presentes, sí camarógrafos.
El de mayor jerarquía, le dice al otro:
“Enano hijo de puta, en (la elección de intendente de) Marcos Juárez vas a salir cuarto. El año que viene te voy a romper el culo y agradecé que sea el culo y no la cara. Te voy a jubilar de la política”.
El otro le responde:
Me encanta que me subestime. Lo mismo dijo hace tres años y acá estoy, recibiendo al Presidente. Usted tiene el olfato de un pequinés”.
En realidad, el diálogo es, como se advierte, de bajísimo nivel. No merecería ser publicado.
Pero resulta que su contenido fue divulgado por voceros de ambos gobernantes.
Los voceros del mayor, con el ánimo de mostrar cómo lo rigorea.
Los voceros del menor, porque así se victimiza.
O sea, había indisimulados y concretos intereses de las fuentes porque esto se conociera.
La pregunta es: una vez chequeada, ¿merece ser publicada?
Tengo para mi que la decisión que adoptamos fue acertada.
Estos insultos reflejan de manera acabada la realidad política que vive Córdoba.
Lo hicimos, además, en la convicción de demostrar cuánto la disputa doméstica se colaba en un momento importantísimo para Córdoba, como la presencia de los presidentes del MERCOSUR en la cumbre.
Acepto, sin embargo, que cualquiera pueda expresar un punto de vista opuesto.
Hasta yo mismo me planteo si no terminamos, acaso, como “portavoces” de una pelea que, nosotros mismos lo hemos escrito, es ajena a los intereses de los cordobeses.
Debo ser muy explícito y enfático: no hubo, en este caso, presiones de ninguna naturaleza para que se publicara o se omitiera.
Fue una decisión tomada en una mesa de editores, la misma donde se adoptan cientos de decisiones cotidianas, con los márgenes de error de cualquier actividad humana.
Uds seguramente habrán de insistir mucho para saciar sus dudas sobre la existencia de presiones.
Las hay, pero adquieren en muchos casos formas muy sutiles.
Resistirlas depende de al menos tres factores:
1.- La fortaleza del medio, que no lo lleve a vivir de la pauta publicitaria del Estado.
2.- La vocación de sus ejecutivos por mantener la independencia, algo que –está probado- constituye el mejor negocio para el presente y el futuro.
3.- La capacidad de los propios periodistas del medio para no ceder a la tentación de la complacencia.

Acabamos de repasar dos casos paradigmáticos en los que quedaron expuestas cuestiones centrales para este análisis:
1.- La actitud maliciosa de un periodista.
2.- La intencionalidad de las fuentes por hacer prevalecer su opinión por sobre la realidad. Esto vale, claro está, en el caso de El País y en el de la pelea política en Córdoba.

Querría ahora detenerme unos momentos y profundizar junto a ustedes la mirada hacia el interior del periodismo.
O mejor aún del comportamiento de los periodistas.
Creo que, en este punto, hay varias cuestiones que atender.
No voy a convertirme en censor de mis colegas, ciertamente, por aquello de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio.
Cada uno obra en esto según lo que su conciencia le dice.
Tengo para mi, sin embargo, que para muchos colegas, el periodismo dejó de ser una vocación y pasó a ser un negocio.
No estoy hablando de la sana ambición de vivir de modo más confortable, deseo que es natural a cualquier ser humano.
Estoy hablando de ganancias espurias.
Corre mucho dinero espurio, ustedes lo saben. Y es dinero fácil.
Sólo hace falta que alguno extienda la mano y preste servicios a factores de poder para obtenerlo.
Disfrazarse de periodista es una manera sencilla para quien, en realidad, es un comerciante de la información.
Las transacciones con las fuentes se convierten, así, en un negocio de ida y vuelta, bastante rentable.
Y si no, miren el estándar de vida de muchos periodistas y advertirán que con un salario resulta difícil de sostener.
Hay otro factor de indudable influencia: la fama.
Que, como todos saben, tiene su precio.
Angel Arrese de la Universidad de Navarra lo ponía en estos términos:
Desaparecen las fuentes, y aparecen los autores.
La fama y el estrellato periodístico, adornado con dotes literarias y la retórica de la verosimilitud, pueden suplir las dudas que en otro caso hubieran despertado textos demasiado íntimos, tan confidenciales en muchos aspectos, que su más mínimo cuestionamiento podría dar la impresión de herir la sensibilidad –no digamos ya, la profesionalidad- de sus autores.
Y es que el estrellato periodístico, en demasiados casos, parece depender precisamente de eso: de contar con fuentes únicas, tan personales, que le permitan a uno sobresalir respecto a los demás, dentro y fuera de la redacción, con historias nuevas, a veces increíbles, no compartidas por nadie.
La estrella como lobo solitario, como isla dentro de las islas que componen las redacciones.
Y además, una estrella que llega a serlo porque relata lo que vive, porque muestra en los textos sus experiencias y sensaciones, sus contactos con los protagonistas de la actualidad, convirtiéndose muchas veces en un actor más de la historia
Quizá sea el momento de repensar seriamente el protagonismo creciente de algunos profesionales de la información, de ciertas “estrellas periodísticas”, que han olvidado que gran parte del mejor periodismo ha sido a lo largo de la historia anónimo, pero un anonimato de autores, no de fuentes.
No hay dudas: las fuentes van a elegir a este tipo de periodistas, cuya fama les garantizará presencia en los medios, con un buen trato.
El periodista, de su lado, se beneficiará del acceso a las fuentes del poder.
O sea, un verdadero “negocio redondo”.
Un círculo virtuoso en el que lo único que falta es la ética.
¿Cómo combatimos este mal que está jaqueando a nuestra profesión?
No me parece que haya una receta.
Sin embargo, me atrevo a plantear algunas cuestiones:
1.- Ponernos bajo la lupa nosotros mismos. No salgamos a cazar brujas, pero tampoco dejemos pasar alegremente los desvíos éticos.
2.- Demandemos a nuestras empresas para que las plantillas de personal estén cubiertas por gente idónea, con formación pasada, pero también con vocación de capacitación continua,
3.- Establezcamos redes con las universidades para obtener de ellas no sólo los mejores estudiantes sino también las mejores personas.

Algo debemos hacer para evitar que los periodistas sigan siendo manejados por las fuentes y lograr que maneje adecuadamente las fuentes. O sea, que hagan buen periodismo.


Tuesday, June 27, 2006

Desafiando al periodismo

Desafiando al periodismo

Los weblogs dedicados a las noticias de actualidad están transformando la forma de hacer periodismo. Este nuevo medio es visto como la gran tendencia del futuro, la nueva forma de informar en Internet. La pregunta obligada, entonces, es cómo este nuevo medio está afectando el periodismo tradicional.
El término weblog data de 1997 pero su evolución se ha reforzado desde el 2001. Si bien su definición no es todavía del todo clara, puede decirse que un weblog, también llamado blog o bitácora, es un espacio donde pueden publicarse artículos sobre diversos temas, es un diario en Internet. El creador, llamado weblogger, conserva la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente. Existen algunos elementos comunes de los blogs, como son las publicaciones de lista de enlaces a otras páginas web, ya sea como referencias o para ampliar la información, archivos de anotaciones anteriores, enlaces permanentes para que cualquiera pueda citar una anotación, o una función que permite añadir comentarios para que el lector pueda ser participe de la bitácora.
El español Ignacio Escolar, periodista freelance, define los weblog como “publicaciones que incluyen pequeños artículos ordenados cronológicamente, de más nuevos a más viejos, complementados con enlaces (links), lo que convierte a su hacedor en un constructor de noticias”.
Por su parte, el periodista Roberto Guareschi, explica para el diario Clarín, que a través de estos sitios de Internet alternativos se está gestando un periodismo diferente que promoverá un cambio en el rol del periodista. “Estamos hablando de un nuevo lenguaje, de una posibilidad de organización social diferente”, afirma el periodista. En el mismo artículo, Guareschi opina que a los medios tradicionales les convendría tener en cuenta a los weblogs ya que ofrecen una cercanía imperdible con el lector.
Si bien no podemos olvidar la preocupante brecha digital, existe paralelamente este gran fenómeno que crece día a día y produce profundas modificaciones en el tratamiento de la información. Hoy están a nuestro alcance Sistemas de Publicación (CMS) gratuitos, como es el caso de “Blogger”, que permiten a cualquier usuario crear su propia bitácora.
El periodista Julio Perotti, en junio de 2005, pensó que crear su propio weblog era una gran alternativa para probar el nuevo formato. Comenzó a publicar Delante de las Noticias mediante el sistema Blogger. Allí, sus primeras palabras fueron: “Vamos a intentar, a partir de este momento, conversar sobre los principales temas de cada día. Todo lo que está delante de las noticias y que, muchas veces, no vemos”.
En su bitácora, Perotti propone compartir con amigos, familiares y usuarios desconocidos, sus ideas, pensamientos, y las noticias más curiosas que, generalmente, no aparecen en otros medios. Además, se muestra como profesional comprometido, y el 24 de marzo de este año, publicó los nombres, los lugares de trabajo y la fecha de desaparición de todos los periodistas víctimas de la última dictadura militar.
Redacción: M. Luján Martínez

“Delante de las Noticias”, una alternativa diferente

“El Diseño de la Información es una disciplina que comenzó a tener difusión en la década de los 90”, afirma Mara Leonardi en un capítulo del libro Resto del Mundo de Aníbal Ford. Su interés principal se centra en la búsqueda de los modos más eficaces para presentar diversos tipos de información de manera que satisfagan las expectativas y las necesidades de los usuarios.
Por su parte, Inma Martin Herrera, Directora del diario La Crónica de Sevilla, explica: “Es importantísima la presentación de los contenidos, respetando un orden lógico de secciones, procurando un diseño cómodo y atractivo, y evitando la saturación de la página, que es totalmente contraproducente para la lectura de un medio digital”.
Todo esto lo entendió y lo llevó a la práctica Julio Perotti, ya que su weblog se caracteriza por ser claro y preciso. Su distribución espacial es ordenada y la bitácora está dividida, básicamente, en dos columnas. Del lado izquierdo de la pantalla, en la columna principal, están las notas que él publica, mientras que del lado derecho, se puede encontrar información variada, como Enlaces, Cargas Previas y Archivos.
Al ingresar a http://www.deestosehabla.blogspot.com/ aparece un recuadro en color marrón donde está el nombre del blog, Delante de las Noticias, y debajo, su slogan: “Los temas nuestros de cada día”. Arriba de este, hay una barra publicitaria color azul del proveedor del sitio, Blogger. Allí mismo hay un buscador y se puede acceder a otras bitácoras que utilizan el mismo Sistema de Publicación.
Debajo de todo esto, se encuentran las dos columnas que ordenan el contenido. Perotti publica del lado izquierdo notas sobre diferentes temas, ya sean propias o de sus colegas. Estas notas están escritas en tipografía Trebuchet MS, tamaño 10.5, en color negro y sobre un fondo blanco, lo que permite su fácil lectura. El uso de la negrita y la letra cursiva casi no aparece, salvo en los títulos. Estos son llamativos ya que están presentados en mayúscula y señalados con un icono color naranja (una flecha). Sobre cada artículo está la fecha de publicación.
Otra buena característica del blog es que en casi todos los artículos se ofrecen hipertextos que permiten ampliar la información presentada. Estos están escritos en color naranja y subrayados, lo que permite al lector su legibilidad y un fácil acceso.
Además, en este weblog, es importante el uso de los recursos multimediales. Como afirma Koldo Meso Ayerdi, Profesor Titular de la Universidad del País Vasco, pueden aparecer de manera integral en una página web sonidos, imágenes, y contenidos, lo cual hace del editor en línea un productor de su propia página. Perotti combina estos tres elementos generando un impacto en el lector. Asimismo, a la hora de publicar un video (por ejemplo “El Infierno de la Prensa”, el 16 de Mayo) este aparece directamente en el blog y no es necesario bajar ningún programa extra para acceder a él. Lo mismo sucede con las fotos.
Debajo de cada nota, Perotti abre un lugar dedicado especialmente al usuario. En el margen derecho aparece la palabra “Comentarios”. Ese es el espacio donde el lector puede expresarse y decir lo que desea.
En la otra columna, del lado derecho de la pantalla, en primer lugar, se presenta un recuadro con su foto, su nombre y su localidad: Córdoba, Argentina. Ahí mismo, Perotti invita al lector a conocer su perfil.
Debajo se encuentra un reloj de agujas con la hora argentina, y enseguida aparece una lista titulada “Enlaces”, donde se muestran los nombres de las diferentes web que el autor invita a visitar y que se relacionan con sus temas de interés: dos páginas de Córdoba, algunas sobre Periodismo, otra de Argentina y varios weblogs. Entre otras, aparecen La Voz Online; Córdoba Net; Periodismo Social, Foro del Periodismo Argentino; Para medir distancias en la Argentina; y diferentes weblogs como Revista Peinate; la bitácora personal de Julio Perotti; y La comunidad de Blogs, donde se reúnen los weblogs de los diferentes países. Todos estos nombres se encuentran escritos en rojo, subrayados y con tipografía de mayor tamaño a la de las notas publicadas. A todas estas páginas se puede ingresar desde ahí mismo, simplemente con un clic sobre el enlace.
Luego se muestran dos banners publicitarios. En el primero, se ofrece la opción de traducir la página al idioma inglés, un servicio brindado por Alta Vista, mientras que el segundo es una publicidad que te permite ingresar a diferentes periódicos y medios del mundo.
Inmediatamente de estos, y bajo el nombre de “Cargas Previas”, aparecen los últimos diez títulos publicados, incluyendo los que están presentados en la columna izquierda. A estos también se puede ingresar, directamente, haciendo clic sobre ellos y están presentados en color rojo y subrayados. Lo único que varía con respecto a la presentación de los Enlaces, es que están escritos en mayúscula.
Debajo de las Cargas Previas aparecen los “Archivos”, que remiten a las diferentes publicaciones que se hicieron desde la creación del weblog y presentan las mismas características de diseño que los Enlaces.
Sobre el final, la página ofrece dos buscadores. Uno llamado “Buscador Periodístico”, que se encuentra al final de la columna secundaria, y otro luego de la barra final del blog, “Technorati search”, que permite buscar dentro de este blog o en otros.
Hilda García Villa, periodista de televisión y prensa mexicana, afirma que ser periodista en línea requiere tener conocimientos sobre la profesión misma, pero también tener la capacidad de producir el formato para presentar la información y adecuarse a la tecnología a la velocidad informativa como lo trabaja una agencia. Julio Perotti es periodista y tiene capacidad para presentar la información claramente, pero si algo podemos criticarle, es la frecuencia del posteo. Si bien hay momentos en los que se publica información diariamente, en otras ocasiones puede pasar una semana sin novedades.
Redacción: M. Luján Martínez


¿Quién es Julio Perotti?

Julio César Perotti tiene 44 años y es un periodista graduado en la Universidad Nacional de Río Cuarto. De 1981 a 1986 desempeño diferentes tareas periodísticas entre ellas las de ser redactor, jefe de Nacionales y secretario de redacción del diario Puntal de dicha ciudad. Luego se mudo a Córdoba para trabajar como redactor y luego como jefe de la Sección Política en La Voz del Interior. En 1995 paso a ser director del diario Puntal hasta que en 1999 volvió a La Voz del Interior para hacerse cargo de la Coordinación de Noticias.
A partir de junio del 2005 creó el weblog “Delante de las noticias”, con la idea de explorar este nuevo formato y ver si podía asimilarse como un usuario más en la red. Desde allí tiene la intención de reflejar noticias que le resultan curiosas y que quizás no entrarían en las agendas de los grandes medios. A raíz de este primer blog generó dos más que son medios3.blogspot.com, donde vuelca las experiencias vividas con sus estudiantes de Comunicación 3 en la carrera de Comunicación Audiovisual de la Universidad Blas Pascal en Córdoba, y minutofatal.blogspot.com, que es el reflejo de una serie de notas y artículos donde Perotti analiza las llamadas “noticias de alto impacto”. Sus tres blogs se encuentran actualmente en receso hasta que termine el Mundial de Fútbol.
Odia la rutina y los diarios aburridos y siente que ser periodista es un trabajo de 24 horas. Quizás sea por eso que anda buscando en la red esa información distintiva dentro de lo cotidiano que desacomode el orden de la noticia establecida.
Redacción: Rafael Ferraiolo

“Saber todo lo que sucede, con un solo clic”

1-¿Considera que existe una nueva profesión llamada “periodista digital”? ¿Qué frontera lo separa del periodista tradicional?
No me parece que debamos hablar de una “nueva profesión”. Antes bien, entiendo que es una adaptación a una profesión como resultado de las nuevas tecnologías. Ignorar la etapa de cambios acelerados que vive la sociedad, con la aparición permanente de nuevos modos de informarse, es –eso sí- condenarse a muerte como periodista.

2- ¿Qué criterios utiliza para seleccionar la información que aparece en su blog? ¿Cuál es su fuente principal de información?
Mi blog “Delante de las Noticias”, creado en junio del año pasado (ohh!! Cumple un año, ahora me doy cuenta), tuvo y tiene la intención simplemente de reflejar noticias que me resultan curiosas y que, como periodista de lo que ustedes llaman “un medio tradicional”, por ahí no advertía. No es mucho más que eso y la intención de explorar un nuevo formato. En realidad, había comenzado en marzo de 2007 con otro blog personal, donde volcaba cuestiones menores vinculadas a la familia y amigos. Casi era en broma. Luego, intenté avanzar con “Delante de las Noticias”. Más tarde me entusiasmé y generé dos más: medios3.blogspot.com, como una experiencia para utilizar en las clases de Medios III que dicto en la carrera de Comunicación Audiovisual de la Universidad Blas Pascal, en Córdoba. El resultado como medio de intercambio de opiniones entre los alumnos ha sido hasta ahora muy bueno. De hecho, cada uno de los chicos tiene su propio blog donde realiza los trabajos prácticos. Y minutofatal.blogspot.com es el reflejo de una serie de notas y artículos que, como puede verse en él, tiene que ver con la cobertura periodística de lo que llamo “noticias de alto impacto”.
En “Delante de las Noticias”, mis fuentes principales son otros blogs, sitios de diarios o la visión directa de la realidad tal como la transmiten los medios.

3- ¿Cómo surgió la idea de crear su blog? ¿Cuándo? ¿Cuánto tardó en ponerlo en funcionamiento?

Insisto: la idea fue simplemente para explorar un nuevo formato. Quería ver si, después de 25 años de experiencia en diarios, era capaz de asimilarme a la red como un usuario más. Ponerlo en funcionamiento fue cuestión de minutos utilizando “Blogger”. Es muy sencillo.

4-¿Cómo maneja la categoría de la veracidad teniendo en cuenta que en Internet cualquier persona puede subir información?
Uso, en general, sitios reconocidos. De modo de que no corro riesgos. Pero por ahí, pueden verse curiosidades a las que, por cierto, tomo con cierta sorna.

6-¿Es posible hacer en la red un periodismo que suponga análisis, que sea de calidad y profesionalizado? (teniendo en cuenta que unas de las características de la práctica periodística en Internet es la tendencia a la actualización constante de la información, con el agregado de qué cualquiera puede subir sus propios textos)
Creo que esa es la pregunta clave en toda esta cuestión. Yo lo planteo desde este punto de vista: soy periodista y, como tal, seguramente soy susceptible de sufrir pérdidas de credibilidad como el medio en el que trabajo. ¿Por qué el lector habrá de creerme cuando escribo en el blog si tiende a descreer cuando lo hago en un diario? No he logrado darme una respuesta. Apenas si puedo considerar que el blog facilita al lector volcar sus propias opiniones. Y para el periodista sirve como un feed back inmediato, de que carece cuando opera desde un diario, una radio o una televisión.
Pese a esto, no me cabe duda de que hay lugar para un periodismo de calidad. Claro que lo hay.

7- ¿A qué tipo de lector se dirige? ¿Tiene contacto con su audiencia?
Nunca me plantee eso. De hecho tengo pocos lectores; algunos amigos míos y colegas que lo conocen y con los que intercambiamos experiencia.

8- ¿Cree que Internet ha democratizado el uso de contenidos informativos?
Absolutamente. La posibilidad del público de acceder directamente a las fuentes sin la intermediación del periodista es un paso fenomenal en la democratización de la información. Ni qué hablar de la globalización: antes sólo la televisión y la radio, con sus particulares recortes de la realidad, posibilitaban el acceso al conocimiento del mundo fuera del área de nuestro círculo más cercano. Hoy, la red permite tener al alcance de un click lo que sucede en cualquier lugar del mundo. Es maravilloso. Es sensacional.

9- ¿Qué desea expresar o contar a través de su blog?
No tuve ni tengo intenciones de ser considerado un “blogger”. Simplemente, utilizo el blog como una herramienta para un hobby, que es andar dando vueltas por la red en busca de cosas que me sorprendan. Cuando las encuentro, las vuelco al blog… Pero nada más que eso…

Redacción: Rafael Ferraiolo
(Cuestionario realizado por todo el grupo)

“Biografía autorizada por mi mismo”

Julio César Perotti
Periodista
44 años, casado, cuatro hijos.
Coordinador de Noticias del diario La Voz del Interior de Córdoba.
Profesor de Medios III y de Metodología de la Investigación Periodística de la carrera de Comunicación Audiovisual – Universidad Blas Pascal, Córdoba.

Graduado en Periodismo en la Universidad Nacional de Río Cuarto, entré al periodismo en 1981 a través del diario Puntal, de Río Cuarto, donde fui redactor, jefe de Nacionales, jefe de Locales y secretario de Redacción.
En 1986, me mudé a Córdoba. Trabajé en La Voz del Interior como redactor y luego como jefe de la Sección Política.
En 1995, me ofrecieron ser Director de Puntal, cargo que acepté y ocupé hasta 1999, cuando regresé a La Voz del Interior para hacerme cargo de la Coordinación de Noticias, una especie de Secretario General de Redacción.
Hasta acá los datos objetivos.
Siento que ser periodista es como ser partero: 24 horas, los 30 días del mes, los 12 meses del año. Nunca se sabe cuándo aparece la noticia que nos cambia la vida.
Odio la rutina. Odio los diarios aburridos. Por eso, ando por la red buscando cada minuto aquello que puede ser distintivo en la agenda periodística cotidiana. Muchas veces, por cierto, no lo encuentro. Pero cuando aparece, me siento vivo.
Me encanta, me genera adrenalina, liderar procesos para las grandes coberturas que encara el diario. 11-S, muerte del Papa, motín en la cárcel de Córdoba, etc, porque creo que de esas experiencias se aprende mucho. Leo en forma permanente en Internet las últimas tendencias en la materia y trato de obtener aprendizajes.
No deberán olvidar nunca que salir de la facultad e ingresar a un medio es el primer paso de una carrera. El aprendizaje continuo y el perfeccionamiento son clave para un buen desarrollo profesional.
Redacción: Julio Perotti


Sólo por curiosidad

Los blogs periodísticos son los nuevos protagonistas de la década. Ahora bien, ¿Por qué magnetiza Internet? Comodidad, velocidad, comunicación, gratuidad, acceso a lugares lejanos, interactividad, son algunas de sus características. Internet aporta a la información periodística nuevas capacidades expresivas, que no existen en otros medios. Por este motivo, el periodista digital debe aprovechar dichas posibilidades para adecuarse a las modalidades, no solo de escritura sino también de lectura del medio.
Con respecto al contrato de lectura – definido por Eliseo Verón como la relación entre un soporte y su lectura-, Inma Martín Herrera, la Directora del diario La Crónica de Sevilla, expone que “la interactividad permite al público fabricarse un periódico a la carta, pues el usuario dispone de distintos itinerarios de lectura y solo selecciona y accede a la información que le interesa”. Julio Perotti en su blog, y debido a que el periodista no redacta pensando en un lector determinado, sino que escribe para un destinatario neutro, propone un contrato de lectura que establece una relación de iguales con el público. A través de un estilo fresco, pero cuidando los modos, se dirige hacia quien guste leerlo y le cuenta sus pensamientos. Utiliza un lenguaje universal, de fácil y ágil lectura, para llegar así a una amplia franja de lectores.
Fútbol, guerras, terrorismo, cultura, espectáculos y política, son, entre otros, los protagonistas de “Delante de las noticias”. El periodista dice que su blog tiene la intención de reflejar noticias que le resultan curiosas. No sigue la actualidad nacional, ni mucho menos las novedades de su provincia, Córdoba. No se limita. Al contrario, abarca la mayor cantidad de temas posibles. Esto sucede porque para él “antes de la globalización, sólo la TV y la radio, con sus particulares recortes de la realidad, posibilitaban el acceso al conocimiento del mundo fuera del área de nuestro círculo más cercano. Hoy, la red permite tener al alcance de un clic lo que sucede en cualquier lugar del mundo”.
Otro de los mecanismos utilizados por Perotti es el de introducir brevemente al lector sobre un determinado tema, para luego proporcionarle el link de la página desde la cuál obtuvo la información. Es decir, no se apropia de los datos de otros, sino que cita la fuente y actúa como puente entre ella y el lector.
El periodista afirma que la idea de crear su blog surgió a partir de la idea de “explorar un nuevo formato”. Y agrega: “Quería ver, si después de 25 años de experiencia en diarios, era capaz de asimilarme a la red como un usuario más”. No se puede negar que el blog refleja claramente esta intención. Si bien existen notas en las cuales el periodista expresa opiniones personales, abundan aquellas en las cuales solo se limita a escribir una oración. Un claro ejemplo de esta característica es: “La Federación Internacional del Fútbol Asociado (Fifa) ofrece vivir el Mundial de Alemania gratis por Internet”. Es decir, su elaboración de la nota consiste sólo en una frase, y partir de allí abandona al lector para que continúe informándose a través de otras páginas.
En relación con la sección Archivo de “Detrás de las Noticias”, Perotti les permite a los usuarios acceder a sus notas anteriores ordenándolas por meses, con su correspondiente año. Dicho orden cronológico, de más viejos a más nuevos, le permite al lector, ubicarse temporalmente en su búsqueda. Sin embargo, debido a no haber definido un blanco hacia el cuál dirigirse, el autor explica que el propósito que lo llevó a crear http://www.deestosehabla.blogspot.com/ fue el de utilizarlo como una herramienta para un hobby: andar dando vueltas por la red en busca de cosas que lo sorprendan para luego volcarlas al blog.
Si en lo que a la publicación mensual se refiere, “Delante de las noticias”, durante el mes de mayo, publicó diez notas. En su conjunto predomina la temática internacional. Su idea es focalizar, a través de tres textos, los atentados a Estados Unidos y la actual situación en Irak. En dos notas presenta videos en referencia a esta temática, sin incluir ninguna explicación ni descripción del caso. Mientras que, en la tercera, relata en pocas líneas como es la situación actual de los periodistas en Irak, y a la vez, proporciona diversos links para llegar al origen de la información.
Por último, y a partir de la definición de Leonardo Zanoni, periodista y fundador de eBlog, según la cual los blogs son “sitios actualizados y escritos con un estilo personal e informal”, se puede afirmar que la bitácora de Julio Perotti cumple con dicha característica. A la hora de titular, el periodista no lo hace en primera persona, pero desde allí evidencia su punto de vista con respecto a la noticia que va a tratar. Sin embargo, tanto en la bajada como en el cuerpo de la nota, hay ciertas noticias en las que sí elige expresarse en primera persona.
Redacción: Natalia Alvarez


La interactividad en el ciberespacio

Internet se ha instalado como un nuevo medio de comunicación. Encuentra su parangón en los efectos causados con la aparición de la radio o la televisión. Cuando pensamos en un medio, el proceso comunicativo más sencillo tiene tres partes esenciales: hablante-mensaje-oyente. Y hasta en este punto la Web ha causado revolución, pues, como explica Inma Martín Herrera en la Revista Latinoamericana de Comunicación: “Los foros, chats, debates, etc., rompen el concepto tradicional de comunicación unidireccional (de uno a varios), que ahora se convierte en una comunicación pluridireccional (de muchos a muchos), y permiten el feedback o retroalimentación informativa”. Remitiéndonos al ámbito del trabajo periodístico, esta herramienta permite la interactividad con el lector que ningún medio logra, sin ir demasiado lejos, en el caso de la prensa gráfica, la única posibilidad que tiene para conocer a sus lectores son las cartas que reciben. Por el contrario, en la red se forman discusiones en grupo on-line, o el mismo correo electrónico que los periodistas estilan colocar junto a sus artículos logra una comunicación fluida y en tiempo real con los usuarios. Se considera de este modo que el lector pasa de ser un receptor pasivo de contenidos a un emisor activo que participa con sus opiniones en el proceso productivo de la información.

Los navegantes naufragaron
Julio Perotti explota la faceta de la interactividad mencionada, colocando al final de cada nota un link que posibilita escribir comentarios. Sin embargo no se recibió una sola palabra en varios meses. ¿Qué ocurre? ¿Los lectores no se interesan por los contenidos? Es una respuesta posible, pero consideremos que los blog, están inmersos en una infinidad de páginas similares, con contenidos muchas veces sin actualizar, y con la fugacidad que el “clickeo” habilita.
Todo resulta más de una vez, en desconocimiento de la existencia del sitio, tal como lo admite su propio creador: “Nunca me plantee el contacto con la audiencia, de hecho tengo pocos lectores; algunos amigos míos y colegas que lo conocen y con los que intercambiamos experiencia”.
El periodista no tiene participación de los lectores, sin embargo, él mismo es el principal participante, porque estos sitios otorgan la posibilidad de que cualquier persona que maneje rudimentariamente las herramientas de Internet, pueda expresarse a través de ella, y pueden ser ellos mismos los productores de contenidos. El público pasivo de los medios tradicionales se ha convertido en usuario activo, o por lo menos así sostienen las voces más entusiastas del desarrollo tecnológico de la Web.
Redacción: María Cecilia Escudero

Periodismo en Internet, en la búsqueda del lenguaje propio

Desde finales de la década del 90 los diarios más conocidos publican sus ediciones en Internet, al mismo tiempo que los weblog comenzaban un crecimiento sostenido. El continuo desarrollo de herramientas para el diseño gráfico afecta al modo en que se presenta visualmente la información en la red. Los diarios tradicionales y los blogs tuvieron que adaptarse progresivamente al cambio. Por lo que continuamente introducen novedades que afectan decisivamente a la percepción visual de la información.
La profesora de la Facultad de Ciencias de la Información, de la Universidad de Málaga, María Ángeles Cabrera González, describe tres modelos de diseño de periódicos en Internet: El primero, el de reproducción facsimilar del periódico papel, que es el más primitivo y se trata de una reproducción facsimilar de la página del periódico mediante la utilización del scanner. Luego está el del periódico adaptado, que corresponde a aquellos que son capaces de crear elementos gráficos diferentes a los del papel, y, por último, el del periódico propiamente digital, que empieza a utilizar recursos expresivos y multimediales. Estos tienden a ser superados por el modelo que podríamos denominar multimedia. Este fue justamente el camino que tomaron los diarios de mayor tirada de nuestro país: La Nación y Clarín.
Muchos webloggers forman verdaderas comunidades online con aquellos con quienes comparten intereses. Desde hace un par de años las herramientas para producir estas páginas empezaron a popularizarse y hoy suman varias decenas de miles de usuarios que tiene su propio blog. Las habilidades de todas estas personas influenciaron la estética y el lenguaje de las páginas de los diarios mencionados. Y esto se traduce en la búsqueda de la especificidad del nuevo medio.
Ambos diarios hoy tienen solapas en la que se pueden observar la edición digital y la impresa. En la primera, se adoptan las herramientas de la interactividad, el uso del color, la jerarquía de elementos visuales y además la imagen en movimientos y el sonido. Clarín le otorga, además un lugar privilegiado la los sitios blog, y coloca enlaces con aquellos que considera más atractivos. La Nación por su parte, publica un link con weblog sobre el mundial de periodistas reconocidos. Además, se apela constantemente al lector a través de foros y encuestas, chats y cartas de lectores.
A pesar de estas características compartidas, la ventaja en cuanto a la credibilidad y a la calidad de los contenidos están indiscutiblemente de lado de aquellas páginas que están sostenidas por firmas reconocidas como lo son, sin duda, Clarín y La Nación.
Redacción: María Cecilia Escudero

Monday, May 08, 2006

Periodismo en la Red, periodismo sin Red

¿Cuánto está cambiando en la concepción de los medios de comunicación a partir de la aparición de Internet?
Busquemos dos puntos de mira:
El de los lectores, que se encuentran hoy con una oferta informativa como nunca antes tuvieron. Y con una abierta posibilidad de ser ellos los constructores de la noticia porque son a la vez clientes y fuentes de los medios.
El de los periodistas, que deben mutar de ser “cazadores” de noticias a convertirse en administradores de esa superabundancia de información.
Según estudios de la consultora Innovation, sólo el 10 por ciento de la información que llega a la Redacción de un diario se publica y sólo el 1 por ciento es leído por sus audiencias. Es decir, el 99 por ciento se pierde entre nuestra incapacidad de mostrarlo como noticias atrapantes y el desinterés que pueden exhibir los lectores.
Hoy, sin embargo, la Red se ha convertido en una alternativa con la que los vetustos medios impresos compiten en una carrera que parecen inexorablemente ir perdiendo.
Esta situación, tal vez advertida a tiempo, ha llevado a diarios, e incluso a radios y televisoras, a meterse de lleno en Internet para evitar que otros les ocupen los espacios. Y lo han logrado. A medias, pero algo han obtenido, aunque la prensa en Internet sigue en una fase experimental.
Una parte del trabajo está bien hecho: usan toda su potencialidad para volcar información a la Red bajo el “paraguas” de sus marcas.
El otro está por hacerse: aún no han logrado reconvertir a sus redactores en “ciberperiodistas” o “webperiodistas”. Seguimos haciendo en la Red lo mismo que hacemos en el papel, con algunas variantes.

Análogos vs. Digitales

Veamos las diferencias centrales entre periodismo “analógico” y periodismo “digital”.

MEDIO AUDIENCIA ALCANCE INTERACCION
PRENSA Contenido Regional No es inmediata
definido en base
al interés público
INTERNET Contenido y Global Inmediata
audiencia a medida


Está claro, con todo, que puede usarse un nuevo soporte para trasladar la información, pero no habrán de modificarse las premisas básicas del periodismo: objetividad, rigurosidad, precisión.
Vale recordarlo: “La noticia es tanto más noticia cuanto más fiel y exactamente refleja la realidad”.
Como medio de comunicación, Internet presenta algunas características únicas como:
1.- Total interactividad.
2.- Formidable capacidad de transmisión
3.- El usuario, como emisor masivo.
Además, en un diario la noticia es prisionera del tiempo y del espacio: caduca a las pocas horas y nunca podrá contener todos los costados de una realidad compleja.

Un mundo desconocido

Estas evidentes ventajas frente a los diarios nos obliga a preguntarnos cómo hacer para introducirnos en un mundo distinto, con un soporte distinto, con cualidades distintas y, lo que es más importante, con lectores distintos.
Hasta ahora, se han dado tres pasos:
1.- Reproducción de la información de la versión impresa.
2.- Los periodistas crean contenidos originales e incorporan al cuerpo de la noticia enlaces, máquinas de búsqueda y cierto grado de personalización.
3.- Artículos noticiosos diseñados específicamente para la web
Por lo pronto, hay que admitir que la mayoría de los diarios siguen utilizando Internet como soporte y no como medio: en ella se vuelcan los contenidos del papel sin más tratamiento que el cambio de formato electrónico.
Aún suponiendo, erróneamente, que estas viejas formas de estructurar la información son útiles, aún así no habremos aprovechado otros claro beneficio: Internet distribuye la información de inmediato y a escala global. Es decir, más rápido y más lejos.
La pregunta es qué debemos cambiar.
En primer lugar, el concepto de noticia varía sustancialmente: cuando construimos información para un diario, lo hacemos con la mirada puesta en nuestro pequeño mundo, en el que conviven intereses sociales netamente locales.
En segundo lugar, el momento de la noticia deja de ser importante: estar on line presupone estar en “funcionamiento continuo”.
En tercer lugar, la imprevisibilidad es beneficiosa frente a diarios, e incluso radio y televisión, que requieren programación de los eventos y tiempos de producción. En la Red, todo se puede disparar casi al instante e ir configurando la noticia a medida que se produce.
Todas estas crecientes posibilidades se suman a otra, tal vez la más trascendente: la capacidad de Internet de sumar el lenguaje textual, la imagen y el sonido, además de una infinita base de datos que da vueltas las 24 horas por el ciberespacio.

Hípertextualidad e hipermedia

En definitiva, la web como infraestructura de información posee dos características fundamentales que plantea una nueva instancia del conocimiento: hipertextualidad y el hipermedia.
Por hipertextualidad, los especialistas entienden de manera sencilla que el hipertexto “es un nuevo tipo de libro electrónico de palabras destacadas: uno señala una palabra, llama con el ratón y se encuentra con una elaboración, ya se trate de texto, gráfico, audio o video”.
En tanto, hablar de hipermedia es un paso hacia delante ya que permite incluir enlaces (links) a objetos y pantallas y pueden referenciarse elementos multimedia como audio, video, etc.
Aquí está, en definitiva, la verdadera cualidad superadora de la Red de Redes frente a los medios conocidos. Una de las formas de aprovechar esa ventaja es avanzar hacia un cambio de lenguaje porque está claro que el periodista ya no escribe “para” el lector sino que habla “con” el lector. No escribe “para” la Red, “está” en la Red.

El nuevo concepto de noticia

¿Cómo debe ser ahora la noticia?
§ Interactiva.
§ Personalizada.
§ Documentada
§ Actualizada.

Por interacción se entiende la posibilidad de vincular docuemtnso o imágenes para generar una narratividad no lineal que permite crear artículos impensables hasta ahora en los medios tradicionales.
Por personalización se entiende que la información responde a los gustos e
interese de la audiencia.
Por noticia documentada se entiende a los modos de documentar, es decir a las formas de contextualizar una información a través de los enlaces (links).
Por actualización se entiende la renovación o reedición de los contenidos con una periodicidad más flexible que en los medios tradicionales.

Las rutinas, detalladas en el artículo: "En busca del periodista digital", de Claudio Navarro.

Wednesday, April 05, 2006

SIAMESAS

OPERACION

CAMARA DE SENADORES